El esparto ha sido durante muchas generaciones la materia prima para realizar todo tipo de utensilios de uso cotidiano para la vida diaria en nuestro pueblo.

Entre estos objetos podemos citar los cuévanos, que servían para cargar frutas e incluso para el transporte de uva, los cestos para coger rosa, las cuerdas de "jareta" para atar gabillas de sarmientos o colgar melones, las seras que se colocaban a la entrada de las casas en los días lluviosos para evitar que el barro adherido al calzado se desperdigase por toda la casa, las agueras que se colocaban a ambos lado de la mula para transportar cosas, o los forros de pleita en botellas y garrafas.

La aparición de sustitutos en plástico y otros materiales ha ido disminuyendo el uso de los utensilios de esparto. Pero no por ello esta noble planta ha caido en el olvido. Gracias a un grupo de artesanos su uso se ha mantenido.

Al no ser necesario su uso para elaborar objetos básicos, nuestros artesanos han comenzado a explotar las posibilidades del esparto para realizar verdaderas obras de arte. Muchos de vosotros conocereis muy bien el resultado de estos trabajos pues los objetos de artesanía en esparto producidos en nuestro pueblo se suelen exponer regularmente con motivo de las Fiestas del Cristo.

Cada año nos sorprenden con creaciones más y más complejas, desde molinos de viento hasta relojes de esparto, desde maquetas de una plaza de toros, de la iglesia o del ayuntamiento, hasta carros tirados por mulas de esparto que transportan uva.

Según el libro "Plantas Útiles de la Comarca de la Manchuela" el esparto es una hierba de la familia de las gramíneas que puede alcanzar 1.5 metros de altura. Sus hojas son alternas, junciformes, con nerviación paralela y base envainadora. Las flores se agrupan formando una larga y densa inflorescencia en espiga. Poseen una arista larga que se halla retorcida en espiral. A la planta se le denomina "atocha" y a la inflorescencia "atochino".

Un uso actual del esparto es el de atar injertos. Al tratarse de una materia orgánica el esparto es insustituible para éste menester ya que el plástico, al no descomponerse, ahogaría a la cepa en su desarrollo.

Los artesanos que hoy todavía trabajan el esparto en Fuentealbilla son: Cipriano Cantero, Enriquillo y José Cambronero. También tenemos que citar al ya fallecido Antonio Abiétar quién fue para muchos el mejor maestro espartero, capaz de realizar objetos de una extraordinaria fineza.